Buenos Aires -

Un barrio y su club: Ferro Carril Oeste

Largos tubos blancos con ciertas marcas de óxido se levantan en cada esquina para iluminar una cancha en la que, cada domingo, 11 tipos vestidos de verde saltan para representar a todo un barrio, uno de los más tradicionales y céntricos de Buenos Aires.
Caballito y sus calles tienen un solo color, su gente luce una sola camiseta y su fútbol posee un solo nombre: Ferro Carril Oeste, un club fundado el 28 de Julio de 1904, por parte de los empleados de la compañía ferroviaria homónima a este antiguo equipo capitalino.
Este barrio tiene un corazón en donde, no necesariamente en un día de fútbol, congrega cotidianamente a sus habitantes, sobre todo para la práctica de diversas disciplinas. Se trata del Estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri (vicepresidente del club durante 30 años), ubicado en la avenida Avellaneda y que en realidad es un polideportivo, también conocido como "El Templo", el cual tiene una capacidad para cerca de 10 mil personas y que tuvo su apertura en 1905.
Al caminar por las calles de Caballito, diferentes murales hacen notar que en aquel lugar lo más importante es su club y que su gente está enamorada de esa camiseta Verde que en el pecho lleva un escudo con un C, una F, otra C y una O, con una tipografía de viejos tiempos.
El estadio es pequeño, pero es notorio que encima lleva muchos años, en los que cientos de miles, quizás millones, como yo en algún rato habrán pasado por ahí, ya sea para ver al Verdolaga o algún concierto de grandes bandas como Iron Maiden, Soda Stereo, Los Piojos, La Renga, Guns N´ Roses, Viejas Locas, entre otros, quienes en su momento hicieron resonar a este sector capitalino.
Paredes pintadas de caballos, ferrocarriles y el escudo de un equipo que, además de ser el clásico rival de Vélez Sarsfield, supo coronarse como campeón argentino en 1982 y 1984, siempre definiendo en el Ricardo Etcheverri, bajo el mando de un mítico entrenador del balompié argentino, como es Carlos Timoteo Griguol, y figuras como Héctor Cúper, Carlos José Barisio, Víctor Hugo Marchesini, Alberto Márcico u Oscar Garré.
Rodeado de altos edificios, que aparentan ser de los años 70, en donde pocos tienen el privilegio de tener la vista hacia la cancha de su equipo.
Los extensos terrenos que se conjugan en el estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri, nos dan cuenta de que este es un club que no solo implica fútbol, sino también otros deportes que son piezas fundamentales en la historia de Ferro Carril Oeste, como son el basquetbol, el voleibol, béisbol, handball, etc.
Sin dudas, como para cualquier argentino, el fútbol resulta ser lo más representativo, sin que esto implique que el resto deje de ser importante. En este contexto, son dos las estrellas que adornan a todo Caballito, barrio que considera a su club una verdadera escuela, en donde surgieron grandes e históricos nombres del fútbol, como el legendario portero Antonio Roma o aquel genial lateral que fue Silvio Marzolini. La pasión es verde, la historia ferroviaria del barrio lo siente. Su camiseta se multiplica en miles de hinchas y en diferentes deportes. Su estadio no será el más bonito y moderno, pero quizás eso mismo sea lo que lo convierte en un lugar único e icónico. "De Caballito vengo..."

Nota: tercerfutbol.wordpress.com

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